sábado, 2 de abril de 2016

SUSPENSOS

¿Cómo debes reaccionar ante los suspensos?

Casi todos los niños suspenden un examen alguna vez. Cualquiera puede tener un patinazo y no hay que preocuparse por ello. Si tu hijo, a pesar de haber estudiado mucho, sigue obteniendo suspensos en una o más de una asignatura, deberás averiguar los motivos.
Es comprensible que te enfades por los suspensos de tu hijo pero recuerda que alterarte no conduce a nada. Si el niño teme que le riñas cada vez que trae malas notas en matemáticas, se sentirá aún más presionado. Él ya sabe que te disgusta saber que ha suspendido un examen.
Es importante que le consueles y le apoyes, en lugar de reñirle o castigarle. Debes intentar mostrarte comprensiva con él y hablar sobre qué es lo que podéis hacer la próxima vez para evitar los suspensos. Pregúntale directamente: “¿Cómo puedo ayudarte? ¿Qué crees que deberíamos hacer?”. Descubrir el porqué de los suspensos puede aportarte una información muy valiosa. En raras ocasiones las malas notas se deben simplemente a la pereza.

Las causas de los suspensos

Los motivos por los que un niño suspende son diferentes en cada caso. Por eso debes, ante todo, hablar detenidamente con tu hijo y su profesor para averiguar por qué no puede tener un mejor rendimiento. Los suspensos pueden ser, por ejemplo, consecuencia de los siguientes factores:

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  • Una exigencia excesiva
  • Falta de motivación y aburrimiento
  • Problemas con el profesor
  • Desavenencias con los compañeros de clase, como por ejemplo, en los casos de bullying
  • Miedo a los exámenes
  • Dificultades o trastornos de aprendizaje como el TDAH, la dislexia o la discalculia
  • Falta de concentración
  • Pérdida de memoria
  • Insomnio
  • Estrategias de aprendizaje poco adecuadas
  • Demasiado estrés infantil
  • Fobia escolar
  • Problemas de base en las asignatura por cambiarse de colegio o faltar a clase.
  • Problemas familiares
  • Problemas psíquicos

Medidas contra los suspensos

Si quieres apoyar a tu hijo activamente para que mejore sus notas, debes ayudarle a eliminar la causa de su bajo rendimiento. Por lo general, con las siguientes medidas puedes proporcionarle un estado de ánimo positivo para que pueda llegar a cogerle el gusto a estudiar:
  • No hagas que los resultados académicos de tu hijo influyan en tus manifestaciones de afecto.
  • Muéstrale que le quieres independientemente de las notas que saque.
  • Establece objetivos realistas a corto plazo para que el niño corrija paso a paso sus suspensos. En vez de decirle: “En tus próximas notas quiero ver al menos un sobresaliente”, debes intentar motivarle de otra manera: “En el examen de dentro de dos meses debes conseguir un 5 como mínimo.”
  • Intenta estimular a tu hijo para que estudie alabando sus pequeños progresos, apoyándole y mostrándole interés por su día a día en la escuela.
  • Refuerza la autoestima del niño mediante actividades en las que sea bueno, como por ejemplo, jugando a fútbol, reparando bicicletas, tocando la guitarra o haciendo pasteles. Intenta siempre potenciar su talento.
  • No le premies por las buenas notas, ya que se sentirá igual de presionado que cuando le amenazas con castigarle por sus suspensos. Es mejor que le recompenses por el esfuerzo en lugar de por los resultados. Por ejemplo, podéis ir juntos a tomar un helado cuando haya cumplido con uno de los objetivos de su plan de estudio.
  • Procura que el niño pase las mismas horas estudiando que practicando deporte. El ejercicio, especialmente al aire libre, potencia la concentración.
  • Tu hijo debe dormir lo suficiente durante el curso escolar y seguir una alimentación equilibrada. Con sueño y hambre no puede ser receptivo, ya que su cerebro no puede trabajar bien.
  • A veces las clases particulares pueden ser una solución para remediar los suspensos. De este modo, tu hijo tiene la oportunidad de repasar los temas en los que tiene dificultades y aprender de forma más intensiva.

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