martes, 27 de octubre de 2015

ROL DEL PEDAGOGO/ QUÉ HACE Un PEDAGOGO

La intención de hacer público este documento obedece al evidente desconocimiento, por parte de la sociedad, del papel del profesional pedagogo en la vida de la comunidad, y de su contribución positiva al desarrollo de las sociedades, mediante el mejoramiento de la calidad de la educación en todo ámbito, sea en centros educativos formales, o donde quiera que suceda el hecho educativo como un medio de transformar la realidad para alcanzar verdadera calidad de vida.
Al contar con un nuevo estamento de profesionales, se amplía el espectro de profesiones en nuestro país, en el que, día a día aparecen nuevas ofertas de profesionalización en las diferentes casas de estudios superiores públicas o privadas. Sin embargo las Ciencias de la Educación no han alcanzado el reconocimiento que merecen entre las llamadas hoy Ciencias de la Vida.
El Colegio de Pedagogos de Santa Cruz pretende, con este documento, llegar al profesional en educación, a las instancias de gobierno, a los profesionales de todas las áreas y a todos los involucrados en el hecho educativo, con el fin de abrir el espacio profesional y el mercado laboral al pedagogo, cuya acción es indispensable en todos los procesos de desarrollo humano.
Lic. Sonia Aguirre Pérez
Presidenta Colegio de Pedagogos Santa Cruz

Un poco de historia

Desde la antigua civilización sumeria existe constancia histórica de la valoración que tenía la escuela como un lugar del que salimos con los ojos abiertos al mundo. Siglos más tarde José Martí reconoce la esencia de la escuela como proporcionadora de protección, ambiente cálido y oportunidades de aprendizaje e iluminación intelectual.
Sabater, en su obra "El valor de educar" (Editorial Ariel, Barcelona,1997), se remonta a los griegos, en cuya historia se dieron distintos modos de paideia (ideal educativo griego). Separa Sabater la educación propiamente dicha, por un lado, y la instrucción, por otro. Hace la diferencia entre la función del pedagogo y la del maestro. El pedagogo era un fámulo (criado doméstico) que convivía con los niños, tenía la tarea de instruirles en los valores de la ciudad, formar su carácter y velar por el desarrollo de su integridad moral. El maestro, para ese entonces era un colaborador externo a la familia que se encargaba de enseñar a los niños una serie de conocimientos instrumentales, como lectura, escritura y aritmética.
El pedagogo era un educador, el maestro era un simple instructor. Los griegos distinguían la vida activa, que era la que llevaban los ciudadanos libres en la polis cuando se dedicaban a la legislación y al debate político, de la vida productiva, propia de labriegos, artesanos y otros siervos. La educación brindada por el pedagogo era imprescindible para destacar en la primera, mientras que las instrucciones del maestro se orientaban más bien a facilitar o dirigir la segunda.
De la historia del nombre y la profesión del pedagogo se sabe que páis era para los griegos el niño y paidagogós, el niñero, cuya función principal era conducir y acompañar al niño a la escuela. El pedagogo le entregaba el niño al maestro. Con el tiempo se refinaron los gustos y las demandas de los ciudadanos y en el mercado fue subiendo cada vez más la cotización de los esclavos destinados al cuidado y acompañamiento de los niños, cada vez se les encomendaban más funciones relacionadas con la educación integral, hasta convertirlos en preceptores; de esta manera, la palabra pedagogo adquirió un significado más amplio. Sin embargo no se fundió, ni se confundió nunca, su función (de educador) con la del maestro (instructor en disciplinas concretas).
Si la condición de pedagogo despertó desde entonces los celos del maestro, siendo que era sólo un esclavo, mucho mayores fueron éstos cuando el pedagogo se convirtió en el superior jerárquico del maestro.
Fue la Iglesia la que dio la oportunidad al maestro de convertirse en pedagogo, cuando entra en el sector de la enseñanza con las escuelas catedralicias, asumiendo además de la instrucción, la educación, la formación en un determinado espíritu.
En la edad moderna las órdenes religiosas dedicadas a la enseñanza retomaron la acción pedagógica con una visión más moderna y fueron imitadas por los estados ante la evidencia de los resultados de dar preferencia a la educación, a la formación, a los valores. Hoy los estados asumen la formación del niño en función de la clase de ciudadano que se considera útil para el contexto actual. Sin embargo, a veces este modelo de ciudadano responde más a las necesidades de las clases dominantes.

Definiciones conceptuales

Epistemológicamente, el derecho de la Pedagogía como ciencia autónoma cuenta con los elementos exigidos para tener, legítimamente, "categoría científica", a pesar de no poseer leyes expresables con rigor matematicista. Estos elementos son:
  • (a) La determinación de un objeto propio
  • (b) La utilización de métodos adecuados al estudio de su objeto
  • (c) Un conjunto de leyes, principios o conclusiones agrupados en un todo coherente y unitario
Es decir, una ciencia posee existencia autónoma cuando tiene un objeto propio, métodos particulares de investigación y sistematización y presenta cierta unidad y generalización en sus principios y conclusiones.
La pedagogía cumple con estos requisitos, posee un objeto particular: la educación, recibe aportes de muchas ciencias, pero investiga problemas que le son propios, tomando en cuenta aspectos de la realidad estudiados por otras ciencias, los que se constituyen en contenidos de la pedagogía.
Emplea métodos generales de investigación en muchos dominios; sin embargo, en otros ha de emplear métodos o instrumentos de investigación que le son propios, como métodos de observación, experimentación, comprensión fenomenológica, etc.
La pedagogía posee una estructuración de conclusiones y principios agrupados en un todo coherente y unitario; sin embargo, la pedagogía, al igual que el hecho educativo, tiene un carácter histórico social; ha de ayudar a resolver el problema de la formación de hombres concretos, que viven aquí y ahora. Es así que la pedagogía es una, en lo que respecta a muchas de sus fundamentaciones, conclusiones y principios generales y es, asimismo, distinta según las modalidades de cada época y de cada lugar, de acuerdo a las particularidades y contenidos esenciales de la cultura en la que ella está inmersa.
En la realidad del mundo de hoy, la educación ha ido emergiendo como consecuencia de que varias agencias sociales comenzaron a preocuparse por tener actividades educativas. Estas actividades tienen que ser planeadas y organizadas, y estas funciones de planeación y organización las desempeña el pedagogo.
El pedagogo es el profesional de la educación que conoce la pedagogía, la cual es el estudio de la educación como un todo, en su historia. Es el profesional que tiene el conocimiento para gerenciar las actividades educacionales.
Muchas personas creen que el trabajo de este profesional está restringido a instituciones de enseñanza, esto no es verdad; el pedagogo es el llamado a trabajar en cualquier agencia social, en cualquier situación de aprendizaje. Este profesional coordina los profesionales específicos de cualquier área de aprendizaje, no trabaja sólo en la escuela, sino también en hospitales, empresas, medios de comunicación y otros.
Un pedagogo es un profesional que piensa y actúa en diversos niveles y ámbitos, identificando necesidades de aprendizaje, a partir de la cuáles organiza y estudia procesos formativos y educativos en permanente reconstrucción, garantizando la continuidad de la acción educativa, tomando en cuenta las especificidades de los diferentes sujetos y contextos.

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