domingo, 11 de enero de 2015

Todos nacemos con un tremendo potencial de inteligencia, pero el talento es “la inteligencia triunfante” es decir, aquella que logra lo que se propone. Para conseguir seres capaces de ser felices necesitamos personas que sueñen un proyecto de vida pleno y sean capaces de realizarlo. Y ello requiere el equilibrio entre la inteligencia cognitiva, la que nos permite conocer y comprender, la inteligencia emocional, la que nos permite conocernos y enfocar nuestras emociones en sentido constructivo al servicio de este proyecto personal, la inteligencia social, la que permitirá la puesta en valor de aquello que somos dentro del grupo humano del que formamos parte, y la inteligencia moral que nos ofrezca los fines justos que mueven nuestras acciones. Pero cada una de estas inteligencias va desarrollándose paulatinamente e integrándose en nuestro cerebro de forma diferente a lo largo de nuestro desarrollo desde la infancia. Primero vamos a conocer las dificultades a las que nos enfrentamos como educadores, luego nos adentraremos en conocer cómo va desarrollándose la mente de nuestro hijo. Por último veremos cómo podemos actuar en cada fase del proceso de evolución para no impedir su crecimiento potencial y ofrecerle los estímulos que necesita en cada momento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario